El Colegio, a través de nuestra Delegación en Tenerife, ha presentado un conjunto de alegaciones al documento inicial de las Directrices de Ordenación del Suelo Agrario (DOSA), impulsado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias. Con estas aportaciones, el Colegio busca reforzar la protección, la planificación y el aprovechamiento sostenible del suelo agrario en el Archipiélago.
Entre las principales propuestas, hemos subrayado la importancia de incorporar una clasificación de las explotaciones ganaderas dentro del contenido normativo de las DOSA, así como la definición de distancias mínimas entre estas instalaciones y el suelo urbano, urbanizable o los asentamientos rurales. Para ello, recomendamos tomar como referencia los planes territoriales especiales de la actividad ganadera ya consolidados en Tenerife y Gran Canaria.
Otro de los aspectos destacados es la necesidad de proteger el suelo agrario frente a la implantación de energías renovables, dada la ausencia de salvaguardas específicas que podrían poner en riesgo la actividad agrícola. En esta línea, hemos propuesto identificar y delimitar las zonas aptas para el pastoreo, incorporando este uso dentro de las subcategorías de suelo rústico correspondientes, con el fin de mantener la ganadería extensiva y su valiosa función ambiental.
Desde la Delegación, hemos planteado también valorar como suelo agrario de especial interés las áreas situadas a más de 1.000 metros de altitud y delimitar reservas territoriales agrarias de adaptación climática. Estas zonas son consideradas estratégicas, al representar las únicas superficies cultivables aptas para frutales templados que requieren determinadas horas de frío para completar su ciclo productivo.
Asimismo, hemos solicitado criterios de ordenación específicos para el planeamiento ambiental, territorial y urbanístico cuando coincida con parques agrarios, garantizando así una gestión coherente y sostenible de estos espacios.
Finalmente, destacamos la propuesta de una directriz de aplicación directa para facilitar la recuperación de suelos cultivables abandonados, incluso en terrenos parcialmente recolonizados por pino canario de forma dispersa. Esta medida busca impulsar la producción local de alimentos y contribuir a la prevención de incendios forestales.
Con estas aportaciones, reafirmamos nuestro compromiso con la planificación sostenible, la seguridad alimentaria y la resiliencia del territorio agrario canario.
