El sector agroalimentario, al pie del cañón ante la crisis del coronavirus, y los ingenieros agrónomos con él

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Estamos en estado de alarma por coronarivus, pero el sector agroalimentario sigue al pie del cañón para garantizar el abastecimiento de alimentos a la sociedad en esta situación tan excepcional. Entre ellos, muchos ingenieros agrónomos, especialmente los que desarrollan su actividad en el ámbito de producción, la distribución y la transformación de alimentos y materias primas.


 

Este sábado el Gobierno declaraba el estado de alarma como medida para frenar la expansión del coronavirus (COVID 19), cuyo contagio ha crecido de manera alarmante en la última semana. Este estado de alarma establece medidas temporales de carácter extraordinario para prevenir y contener el virus y mitigar el impacto sanitario, social y económico. Entre ellas, se ha suspendido la apertura al público de locales y establecimientos, con algunas excepciones como la de los establecimientos comerciales minoristas de alimentación, bebidas, productos y bienes de primera necesidad. Algo que hace que miles de profesionales, desde reponedores de supermercados hasta agricultores y ganaderos, pasando por profesionales de la distribución y la transformación de alimentos y materias primas, entre los que se encuentran muchos ingenieros agrónomos, tengan que seguir trabajando.


 

Medidas para garantizar el abastecimiento alimentario

El artículo 15 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 determina que las autoridades competentes adoptarán las medidas necesarias para garantizar el “abastecimiento alimentario en los lugares de consumo y el funcionamiento de los servicios de los centros de producción, permitiendo la distribución de alimentos desde el origen hasta los establecimientos comerciales de venta al consumidor, incluyendo almacenes, centros logísticos y mercados en destino”, que gracias al esfuerzo de los profesionales del sector está más que garantizado.

Si fuera necesario, “por razones de seguridad, se podrá acordar el acompañamiento de los vehículos que realicen el transporte de los bienes mencionados” y el “establecimiento de corredores sanitarios para permitir la entrada y salida de personas, materias primas y productos elaborados con destino o procedentes de establecimientos en los que se produzcan alimentos, incluidas las granjas, lonjas, fábricas de piensos para alimentación animal y los mataderos”. Del mismo modo, “las autoridades competentes podrán acordar la intervención de empresas o servicios".

 

Industria agroalimentaria, principal actividad de los ingenieros agrónomos

La industria agroalimentaria tiene un gran peso en la economía española y cuando se dice que es el motor de ésta es porque los datos así lo avalan. Ya en los años de crisis no solo logró mantenerse, sino que también fue capaz de crecer. Ante esta situación, la industria agroalimentaria vuelve a demostrar que está a la altura de las circunstancias y los ingenieros agrónomos como parte de ella, también.

Los ingenieros agrónomos siempre han estado al lado de los agricultores, los ganaderos y los empresarios del sector, bien como asesores de explotaciones o bien como gestores de industrias agroalimentarias. A partir de mediados los años ochenta y ante la perspectiva de incorporación a la Unión Europea, nuestro sector agroalimentario se vio obligado a adaptar sus instalaciones, tanto nuevas como existentes, a las nuevas tecnologías y normas técnico sanitarias comunitarias, de forma que permitieran elaborar y comercializar sus productos en el nuevo entorno con las necesarias garantías de calidad y seguridad alimentaria. Ello, unido a las ayudas, tanto nacionales como comunitarias, destinadas a la financiación de las inversiones que debían venir amparadas por una documentación que las justificara técnica y económicamente, representó un claro impulso de la actividad de los ingenieros agrónomos como redactores de los proyectos técnicos de creación o adaptación de estas industrias, en tanto que profesionales conocedores no solamente de los aspectos puramente ingenieriles, sino también de las materias primas, de los procesos productivos que se desarrollan en cada industria y de su evaluación económica.