El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, entregó los XXIII Premios Fertiberia, que convoca el Grupo Fertiberia en colaboración con el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias con el objetivo de impulsar y reconocer la investigación en el ámbito agronómico y la actividad agrícola.
El licenciado en Ciencias Ambientales y Máster en Agrobiotecnología Alejandro Jiménez ha sido el ganador del premio por su trabajo “Estudio metagenómico y culturómico de bacterias asociadas a Phaseolus vulgaris y Brassica napus, implicaciones funcionales y nutricionales de su aplicación como biofertilizantes en cultivos de interés agroalimentario y bioenergético, y evaluación del rol de la putrescina en la interacción bacteria-planta”, que ha demostrado que los nódulos de las raíces de estas dos especies agrícolas, judía y colza, pueden constituir nichos de nuevas especies de bacterias con las cuales se pueden diseñar biofertilizantes aplicables a la mejora del cultivo de varias especies agrícolas, como la espinaca y escarola, entre otras, según comentó el decano del Colegio Francisco González durante la ceremonia de entrega celebrada este martes en la sede del Grupo Fertiberia. Además, pone de manifiesto el importante papel de la poliamina denominada putrescina bacteriana en la interacción de la bacteria con la planta de colza, favoreciendo su crecimiento y su resistencia a la salinidad, explicó.
Para el decano, los resultados obtenidos en esta tesis permitirán avanzar en la búsqueda de mejores soluciones para la fertilización de los cultivos de forma más sostenible y con menos riesgos ambientales, siendo muy positivo que Fertiberia haya apostado ya por estas líneas de trabajo.
Además, el jurado, formado por distintos miembros, entre ellos, Jesús Ciria y Ana Patricia Fernández-Getino, vocales del Colegio, y el colegiado Luis Márquez (fallecido recientemente), además del propio decano, ha considerado que era merecedora de un accésit la tesis titulada “Metabolismo del Molibdeno en Azotobacer Vinelandi y sus aplicaciones biotecnológicas” de Mónica Navarro, que desarrolla una investigación de alto nivel en la que, si bien, sus resultados no son extrapolables de forma inmediata a la práctica agrícola abre unas expectativas enormes para un futuro más o menos cercano en el campo de la fertilización, de consolidarse la posibilidad de que pudieran transferirse mediante ingeniería genética los genes que regulan la fijación de nitrógeno a especies agrícolas de alto valor en la alimentación y que por el momento no tienen esa capacidad, comentó el decano.
El Colegio de Agrónomos comprometido con el desarrollo del sector agroalimentario
El Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias se siente totalmente comprometido con el desarrollo de nuestro sector agroalimentario mediante la aplicación de la tecnología y la ciencia, afirmó el decano durante su intervención. Los ingenieros agrónomos consideramos a los agricultores y ganaderos como nuestros socios principales y junto a ellos somos parte importante del sostenimiento de la cadena alimentaria. Por ello, nos sentimos muy honrados de haber podido colaborar con Fertiberia en la difusión y fallo de los premios a las mejores tesis doctorales en temas agrícolas convocados por la empresa a lo largo sus 23 ediciones. Ya casi un cuarto de siglo, lo cual le da a la convocatoria una significación especial de implantación y aceptación en el mundo de la investigación y la ciencia.
Es satisfactorio comprobar cómo en cada convocatoria del Premio se incrementa el número de tesis presentadas” señaló el decano. “Las 25 tesis presentadas en esta convocatoria son de alta calidad pero las relacionadas directamente con la fertilización, que son mayoría, aportan soluciones diversas que tienen como denominador común una apuesta decidida por la sostenibilidad de la agricultura y la reducción de los efectos ambientales de su práctica, lo cual es una buena noticia ante el desafío que supone para el sector agrario productor de alimentos la política propugnada por la Unión Europea para los próximos 10 años, con la ambiciosa y a veces discutida estrategia denominada “de la granja a la mesa”, para cuya aplicación y alcance de sus objetivos se necesita innovación, tecnología e investigación, como premisas principales”, resaltó.
La investigación y el conocimiento académico son imprescindibles para lograr una agricultura más sostenible
A la entrega del Premio asistió el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que aseguró que la investigación y el conocimiento académico aplicado van a desempeñar un papel crucial en el progreso de una actividad agrícola más sostenible.
En su intervención, expresó la necesidad de avanzar en la solución a la necesidad de fertilización para asegurar suficientes alimentos, al tiempo que se presta especial atención al cuidado del suelo y a la mejora de la biodiversidad. Animó a disminuir su uso o cambiar su forma de aplicación, mediante la utilización de una mayor proporción de fertilización orgánica y una aplicación más oportuna y en la dosis justa.
Para ello, el ministro considera fundamental incrementar la inversión en I+D+i e impulsar la formación y asesoramiento a los agricultores para que puedan planificar mejor el abonado y avanzar hacia la fertilización de precisión.