Su carrera comenzó en Holanda, recién salida de la universidad, de la mano de Nutreco y el Centro de Investigación de Rumiantes en Boxmeer. Una primera experiencia internacional que no solo la hizo crecer como ingeniera agrónoma especializada en zootecnia, sino que también la consolidó como profesional en un entorno exigente, internacional, multilingüe y de innovación constante. A partir de ahí, la trayectoria profesional de nuestra colegiada Carmen Valverde se desplegó entre la alimentación animal, la gestión de productos en distintas regiones de Europa y proyectos de higiene y trazabilidad en fábricas de pienso. Su salto a la administración internacional se produjo gracias a una oferta de empleo publicada en la Bolsa de Trabajo del Colegio, que la llevó al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Durante más de una década trabajó allí como especialista de agricultura en la Embajada estadounidense en Madrid. Y aunque esa etapa le permitió descubrir la satisfacción de contribuir al sector agrícola y ganadero, también le dejó clara una vocación: volcar esa experiencia y conocimiento al servicio de España.
Carmen acaba de incorporarse a su nuevo puesto en la Dirección General de Pesca Sostenible en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación tras superar con éxito el proceso selectivo para acceder al Cuerpo de Ingenieros Agrónomos del Estado, oposición que preparó con el grupo de preparación del Colegio. En esta entrevista comparte cómo vivió ese camino y cómo afronta esta nueva etapa profesional.
Superar una oposición tan exigente requiere mucha constancia. ¿Cómo organizaste tu preparación y qué papel jugó el grupo de preparación del Colegio en ese proceso?
Me lo tomé con una motivación brutal. La preparación era todos los jueves online de seis a ocho de la tarde, y no falté ni un solo día. Ese es, para mí, el punto número uno de mi éxito. No solo no falté, sino que asistía preparada con los temas dados y cada jueves, siempre que la clase lo permitía, "cantaba" algún tema. Me apunté siempre a los simulacros de examen que organizaban los preparadores, empecé a “cantar” los temas desde el primer jueves que nos conectamos. Me lo tomé muy en serio: cada jueves era intocable, ese era mi momento.
Me iba haciendo mis esquemas y mis resúmenes, siempre motivada y con energía positiva. Había muchos temas que ya sabía por mi experiencia profesional pero también descubrí temas nuevos que me encantaron. Por ejemplo, aprendí a enlazar la OMC con la PAC y sus reformas y lo descubrí gracias al grupo de preparadores. Descubrí también el derecho y la pesca, temas que me apasionaron desde el principio. Yo estaba súper atenta y participativa, y de mis errores, y de las correcciones que me hacían los cuatro preparadores, aprendí muchísimo. Al final, eran funcionarios que ya habían pasado por lo mismo, y además eran encantadores y amabilísimos, así que esa parte fue clave.
La otra parte fue mi familia, mi marido y mis tres hijos, mi madre y mis tíos, mis amigas más íntimas, que estuvieron a tope conmigo dándome ánimos. Todas las tardes necesitaba ese espacio, aunque también tuve que improvisar cómo encontrar mis huecos de estudio. Por ejemplo, llevaba a mis hijos a rugby y allí me sentaba en la grada con mis resúmenes para leer o ponerme a “cantar” temas. Aprovechaba cada momento, me llevaba los apuntes en el bolso y los sacaba en cuanto podía. Eso fue fundamental: aprovechar el tiempo, contar con el apoyo de los preparadores, la familia y gente cercana sobre todo, y aprender a relacionar los temas, porque descubrí que “cantar” relacionando era la mejor manera de avanzar.
El proceso selectivo consta de cuatro fases muy exigentes. ¿Cuál te resultó más desafiante y cómo la superaste?
El tercer examen, el de “cantar” tres temas sacados de bolas al azar delante del Tribunal, sin tiempo casi de esquematizarlos antes de “cantar” y demostrar todo mi talento en las preguntas que hacía después el Tribunal. Este examen consta de tres partes: la parte general con temas de Derecho administrativo, Constitución española y Unión Europea, y después la parte específica, que se organizaba en dos bloques. En total eran 120 temas: 20 de la parte general y 100 de la específica.
Mi estrategia fue empezar a “cantar” desde el primer día, sacar provecho de cada clase, apuntarme a los simulacros que organizaban los preparadores, dominar los 120 temas y motivarme con cada pequeño avance. Además, los preparados me ayudaron a mejorar y esquematizar bien la redacción del primer y cuarto ejercicio, a centrarme bien en lo importante y a no alejarme del tema central. Me iban corrigiendo desde el principio, y eso fue fundamental. Pero, sobre todo, yo estaba muy enfocada en el tercer examen, que es el gran embudo de esta oposición.
Después de aprobar, el curso selectivo marca una etapa de formación práctica. ¿Qué experiencias o aprendizajes destacarías durante ese periodo?
Hay una parte online, en la que te enseñan cómo funciona la Administración General del Estado: el procedimiento administrativo común, las subvenciones, los contratos… incluso algunos tips sobre liderazgo de equipos, negociación, etc. En definitiva, te dan una visión general de cómo funciona el Ministerio. Después hay otra parte presencial en la que vas descubriendo las distintas subdirecciones generales que forman el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
A mí me sirvió mucho, sobre todo, para elegir destino. Te ayuda a ver qué subdirecciones te apetecen más y cuáles menos. Aunque, en mi caso, desde el principio tenía claro que quería irme a Pesca. Primero, porque descubrí el sector pesquero estudiando le oposición, y España es una potencia mundial en pesca. Después de 23 años en los sectores de agricultura y ganadería me apetecía cambiar. Segundo, porque una de mis preparadoras, Carmen, está en Pesca. Ella transmitía tanta pasión al explicar los temas, que la pesca me fue enganchando a lo largo de la oposición, y aquí estoy ahora. Pero también me hubiera ido con Andrea a Barajas, o con Pablo y Mónica a desarrollo rural o política territorial.
¿Cuáles son tus funciones exactamente?
Estoy en la Subdirección General de Investigación Pesquera y Recopilación de Datos, de la Dirección General de Pesca Sostenible. Nuestro trabajo es ser el punto de unión entre la Comisión Europea y los institutos científicos de España para la recopilación de datos científicos de nuestra flota pesquera y recursos marinos, que luego sirve para fijar las cuotas anuales de pesca. También gestionamos las doce reservas marinas de España y los tres buques oceanográficos que tiene el Ministerio. Además, esta labor permite estudiar la sostenibilidad del medio marino, que es un mundo que me apasiona.
Y para terminar, ¿qué consejo le darías a alguien que está comenzando esta preparación?
Lo tengo clarísimo: la clave es la motivación absoluta, tener claro que esto es lo que quieres en tu futuro cercano y asumirlo como un reto realista. En mi caso fue positivismo, motivación, participación, potenciar mi talento… no faltar a ninguna clase, preguntar y preguntar, cantar desde el principio y, sobre todo, aceptar las críticas de los preparadores, que ya han pasado por ahí y saben mucho más que tú. No creerte que lo sabes todo es crucial.