Desde 1974, el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, se ha convertido en una plataforma global en torno al asunto ambiental. En 2020, el tema es la biodiversidad como base que sustenta toda la vida en la tierra y debajo del agua. La actividad del ser humano ha alterado el delicado equilibrio de la naturaleza. La agricultura actual, científica y tecnológica, y guiada por la ingeniería agronómica, puede contribuir eficazmente a la mitigación del impacto sobre el medio ambiente.
Nuestro colegiado Carlos Hernández, nos pone algunos ejemplos en su artículo "La agricultura y el cambio climático" publicado en Mundo del Agrónomo nº 45:
Agricultura de conservación
La agricultura de conservación en España supone cerca de 2 millones de hectáreas, algo más del 8% de la superficie de cultivos herbáceos con siembra directa y el 25,7% del total de la superficie de cultivos leñosos con cubiertas vegetales, incrementado significativamente el contenido de materia orgánica del suelo y, por tanto, el secuestro de carbono.
La mejora en los sistemas de alimentación animal
Las nuevas dietas pueden llegar a reducir hasta el 65% de las emisiones de óxido de nitroso en el purín de cerdo. En rumiantes, la sustitución parcial de la proteína por compuestos de nitrógeno no proteico o que presenten baja degradabilidad ruminal reducen las emisiones de metano.
Los sistemas de control de estiércoles y purines
El almacenamiento de estiércoles en forma líquida, con cobertura o confinados, puede reducir las emisiones de metano entre un 40% -100%; o los sistemas de separación de deposiciones sólidas y líquidas.
Hay todavía campo para la acción, reconoce el ingeniero agrónomo Carlos Hérnandez. Hay más acciones que contribuyen a la mitigación: La recuperación de tierras marginales a pastos permanentes o forestal; la revegetación de linderos con especies permanentes; en sistemas intensivos, la utilización de los gases de combustión para la fertilización carbónica; el uso de sistemas mixtos de energías renovables (fotovoltaica, eólica, geotermia y biomasa) y su combinación con las micro-hidráulicas; las mejoras en las técnicas de fertilización y en los tipos de fertilizantes que reducen las emisiones de óxido nitroso; además de la modernización de regadíos que permite un mejor manejo del agua y de la fertilización.
Cambios en el uso del suelo
Por último, en el apartado cambio en el uso del suelo, que es otro gran emisor de GEI según el IPCC, en España, el balance es positivo, más secuestro de carbono. Ha aumentado la superficie forestal y la materia orgánica del suelo. La agricultura actual ha permitido recuperar y reforestar tierras marginales, de escasa productividad agrícola.
El papel de la industria alimentaria en la conservación del medio ambiente
La industria de alimentación está relacionada directamente con el entorno, pues transforma más del 70 % de las materias primas. El reto medioambiental ocupa una posición troncal en el seno de las estrategias de negocio y son muchas las áreas donde la industria de alimentación y bebidas puede contribuir positivamente a la sostenibilidad debido a su carácter transversal, afirman desde FIAB, Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas, en el artículo "Las empresas de alimentación tienen que liderar la consolidación de una industria segura, saludable y sostenible", de Isabel Caballero, publicado también en Mundo del Agrónomo nº 45.
El modelo lineal de crecimiento económico ya no se ajusta a las necesidades actuales y por eso es necesario propiciar la economía circular. Esto implica producir de forma más inteligente, sostenible y eficiente, y una oportunidad para las empresas del sector, en un momento en el que la sostenibilidad es un valor añadido para los productos, las marcas y los propios consumidores.
Hace más de 20 años que impulsaron los sistemas integrados de gestión de residuos, que han conseguido aumentar el reciclado de los envases domésticos de un 40% hasta un 75%. En cuestiones de envasado, llevan años trabajando por producir e incluir envases inteligentes que permitan maximizar la vida útil de los productos y controlar su estado, y las empresas cuentan con planes empresariales de prevención de residuos.
Además, la industria alimentaria ha conseguido aprovechar los residuos como nutrientes o materias primas, e incluso como combustible, que acaban teniendo un valor muy importante en la cadena de alimentación animal y otras industrias como la farmacéutica, la cosmética o la química, reduciendo así el desperdicio de alimentos.
Las cuestiones medioambientales entre las prioridades de la industria alimentaria
“Cualquier alteración climática o consecuencia medioambiental que afecte a las cosechas, producciones, plantaciones y granjas, nos afecta directamente, porque pone en peligro o amenaza los productos con los que trabajamos con tal de ofrecer un producto final, seguro y de calidad a los consumidores”, reconocen en FIAB.
Las empresas que no pongan las cuestiones medioambientales entre sus prioridades perderán una gran oportunidad competitiva y de diferenciación respecto a las que sí lo hacen.
Lee estos dos artículos completos en Mundo del Agrónomo nº 45