Un ingeniero agrónomo es un especialista de la agricultura, Catalina Sanz

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En Mundo del Agrónomo hemos entrevistado a nuestra compañera Catalina Sanz, directora técnica de Evaluación de Variedades y Laboratorios del INIA.

Catalina Sanz es ingeniera agrónoma, colegiada en el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias. Pertenece al Cuerpo de Ingenieros Agrónomos del Estado desde 1990, cuando ingresó en el Servicio de Extensión Agraria del Ministerio de Agricultura, que se dedicaba a difundir los conocimientos sobre agricultura a través de las oficinas de Extensión Agraria de las provincias españolas. Después, ha trabajado en la Agencia para el Aceite de Oliva, como inspectora de las ayudas europeas, y en los ministerios de Medio Ambiente y Agricultura, gestionando fondos FEDER y de Cohesión y ayudas de la PAC, respectivamente.

Los últimos cuatro años ha sido Jefa de Área en la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV), encargándose de la certificación y la comercialización de semillas. Desde el pasado mes de febrero es Directora Técnica de Evaluación de Variedades y Laboratorios dentro de la Subdirección General de Investigación y Tecnología del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).

 

Hasta hace unos meses era Jefa de Área de la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV) del Ministerio de Agricultura. Ahora es Directora Técnica del INIA. ¿Cuáles son sus funciones?

Toda mi trayectoria profesional la he desarrollado en los ministerios de Agricultura y de Medio Ambiente. Estos últimos años he estado ejerciendo mis funciones en la OEVV y aunque el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria dependa del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, mi trabajo está íntimamente relacionado con mis funciones anteriores, ya que el INIA, a través de la Dirección Técnica de Evaluación de Variedades y Laboratorios, tiene entre sus funciones la investigación de diversas especies de semillas.

Entre mis funciones como Directora Técnica está la de llevar la Dirección Técnica de Evaluación de Variedades y Laboratorios (DTEVL), que desempeña las funciones encomendadas al INIA por la Comisión Interministerial de Investigación Agraria, Alimentaria y de Desarrollo Rural en materia de semillas y plantas de vivero.

La DTEVL integra equipos técnicos y de investigación. Su objetivo principal es el apoyo científico técnico a las administraciones con responsabilidades de decisión y gestión, así como los diferentes sectores productivos.

Apoyamos a los planes de I+D+i del sector público y privado con vistas a la concesión de los derechos del obtentor tanto a nivel nacional (inclusión de variedades en el Registro de Variedades Protegidas) como europeo (inclusión en la lista de variedades protegidas de la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales), realizamos estudios técnicos para propiciar la autorización de la comercialización de las nuevas variedades vegetales (inclusión de variedades en el Registro de Variedades Comerciales) y controlamos la calidad de las semillas y plantas de vivero en fase de comercialización.

También realizamos estudios científico técnicos relacionados con la mejora de la adaptación y la calidad tecnológica de los trigos y otros estudios sobre variedades vegetales y certificación de semillas.

 

Catalina Sanz

 

Nos consta que la presencia de ingenieros agrónomos, muchos de ellos colegiados, es considerable tanto en la OEVV como en el INIA. ¿Qué aporta nuestro perfil profesional a la actividad de estos organismos?

Un ingeniero agrónomo es un especialista de la agricultura. Desarrolla su conocimiento desde el primer eslabón de la cadena alimentaria, que es la semilla, hasta el producto final que se consume en forma de alimento y otros productos.

La actividad que se desarrolla en la OEVV y en el INIA, en la dirección técnica en la que estoy trabajando, es propia de un ingeniero agrónomo, ya que las semillas requieren un tratamiento especial desde la obtención de variedades y su registro hasta la comercialización de las mismas, cumpliendo unos requisitos que se establecen en la legislación de la Unión Europea y de España.
 

¿Cuáles son esos requisitos? ¿Qué controles se realizan?

La producción y comercialización de semillas es una actividad de gran importancia, básica para poder conseguir productos agrícolas con la calidad y sanidad exigidas en la Unión Europea. Por lo tanto, se encuentra regulada y sujeta a autorización y control administrativo. El sistema de certificación garantiza la calidad de la semilla, en origen, así como su trazabilidad, su homogeneidad, pureza específica y varietal, germinación, sanidad, humedad y ausencia de otras semillas no deseadas en la siembra.

La legislación europea sobre comercialización de semillas exige una serie de requisitos tanto de producción como de control de dicha producción que hace que todos los Estados miembros tengamos que disponer de una legislación que transpone la anterior.

En España la legislación para poder producir y comercializar semillas se basa en unos reglamentos técnicos de control y certificación donde se establecen los requisitos, es decir, se establecen porcentajes de germinación mínimos que deben de cumplir, distancias entre los campos de cultivo, resistencias a determinadas enfermedades, etc. Todo esto es necesario para poder precintar semillas y su posterior comercialización.

Para poder certificar lotes de semillas de acuerdo a esta normativa de la Unión Europea, los controles deben realizarlos las comunidades autónomas siempre bajo la supervisión del Ministerio de Agricultura, que es el que coordina todo este sistema de certificación de la Unión Europea.

Existe otro sistema de comercialización a nivel internacional, la certificación bajo las reglas y normas de la OCDE. En este caso, el Ministerio de Agricultura es el competente, ya que se trata de un comercio internacional, aunque las inspecciones sobre el campo y el precintado de las semillas se realizan por parte de los inspectores autorizados de las comunidades autónomas.
 

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